Para recreación, competición o por compra/venta, eventualmente necesitamos subir un caballo al remolque y llevarlo a un lugar distante a su sitio habitual de vivienda.
Es allí cuando la tranquilidad del animal se ve muy afectada llegando incluso a producirse serios golpes o heridas, especialmente el momento del ingreso.
Cuando se trata de un animal muy nervioso o un potro la cosa es más complicada.
Aquí vamos a ver que opción tenemos para subirlos de la manera menos traumática posible.
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Cómo subir un caballo al remolque: El método
En primer lugar debemos tener muy claro el orden de prioridad que el caballo da a sus necesidades vitales.
Lo más importante para el caballo es la seguridad, luego está la comodidad y en tercer lugar están la comida y el juego.
Esto quiere decir que es prácticamente imposible que logremos convencerlo con algún alimento para que ingrese a un espacio que le genera mucho temor y desconfianza.
Lo que si podemos hacer es premiarlo con una golosina cuando ya esté subido y asegurado en el transporte. Esto le puede generar algún recuerdo positivo de ese momento tan inquietante.
En segundo lugar tenemos que estar conscientes que toda acción violenta sobre un caballo traerá peores resultados.
Es muy probable que ante un castigo que se le aplique por atrás para que suba al remolque, el caballo entre en pánico y la oposición sea mayor.
Antes de conocer un buen método para transportar caballos probé algunas alternativas y te puedo asegurar que la impaciencia y la falta de conocimiento son los peores “consejeros” para realizar esta tarea.
Además el problema se incrementa por el poco tiempo que reservamos para esta actividad preliminar en el traslado de caballos.
Dicho esto voy a describir el método que me ha dado muy buenos resultados.
Esta técnica la aprendí del jinete inglés Michael Peace.
Cabe mencionar que la tarea es ejecutada por una sola persona. Cuando el caballo ve más gente a su alrededor, presionándolo, suele sentirse acorralado y aún más nervioso.
Descripción del método
- Para subir un caballo al remolque primero sujetamos a la cabezada de cuadra un extremo de la cuerda, que debe tener un largo aproximado de 8 mts.
- Con el otro extremo realizamos un lazo de aprox. 3 mts de longitud. Colocamos este lazo sobre la grupa y sobre los corvejones.
- Nos colocamos delante del caballo en dirección al remolque.
- Con una mano tensamos suavemente el extremo que está en la cabezada, y con la otra mano la cuerda que va a la grupa.
- Vamos pidiendo de a poco para que el caballo avance. La tensión debe ser alternante y no constante.
- Cuando el caballo de el primer paso sobre la rampa no debemos apresurarnos a que continúe. Lo dejamos que huela el piso, descanse y se familiarice con este nuevo entorno.
- Avanzamos paso a paso hasta que el caballo decida entrar.
- Si todo va bien, podemos darle una golosina de recompensa.
- Conviene repetir el proceso varias veces hasta que el caballo se acostumbre. Cada vez ingresará más relajado y con mayor prontitud. Y habrá un momento que no se necesite la cuerda sobre la grupa.
Notas:
- El caballo puede asustarse en cualquier momento e irse encima del jinete/amazona por lo que recomendamos ser muy cautelosos, ir muy lentamente y situarnos en forma diagonal al caballo (no de frente). Recuerda que cuando un caballo actúa de manera puramente instintiva sus reacciones pueden ser muy peligrosas. En una situación de pánico el caballo simplemente ignora a quien está a su lado.
- Cuando pedimos al caballo que avance no debemos dar un tirón contínuo. No se trata de entrar en una medición de fuerzas porque el caballo siempre ganará. Justamente aquí es donde actúa la cuerda de la grupa para estimularlo a avanzar. Debemos pedir suavemente y en cuanto el caballo ceda (aunque sea un solo paso), debemos ceder nosotros también a manera de premio.
Subiendo un potro al van o remolque
Con un potro el asunto se complica porque: a menor edad mayor dependencia de su madre o sus congéneres y mayor nerviosismo a cualquier situación desconocida.
Debemos ser aún más cuidadosos. Conozco de casos que al entrar en pánico se han lastimado seriamente en algún filo de la rampa o las paredes del remolque.
Estos recuerdos son muy traumáticos y debemos evitarlos al máximo.
Recordemos que los caballos nunca olvidan sus experiencias tanto positivas como negativas.
Subiendo primero a su “yegua madrina”
Algo que ayuda con los potros o caballos más nerviosos es subir primero a su madre o un caballo con el que esté “amadrinado”.
A partir de allí procederemos según la descripción del método citado.
Aquí toma mayor importancia la experiencia de la persona en el cuidado y manejo de equinos.
De paso podemos decir que no conviene separar de su madre a un potro antes de los seis meses de edad.
Cuando el potro esté muy bien asegurado podremos bajar al caballo “madrina”.
Tanto los caballos adultos como los potros deben llevar los respectivos protectores de transporte para extremidades, cascos y cola.
Es necesario también verificar las condiciones del camión o remolque, los materiales de sus paredes interiores, piso y demás accesorios.
El bienestar de nuestros caballos depende de todas las precauciones que tomemos.
Referencias bibliográficas:
- Zoe St Aubyn (2008). “Manual de equitación”
- www.thinkequus.com
