¿Sabes qué significa un caballo en equilibrio?

Cuando montamos un caballo alteramos su equilibrio natural cargando más peso sobre su tercio anterior, con lo cual el caballo cae sobre sus espaldas y los posteriores empujan el peso en lugar de levantarlo.

Es así que los aires se tornan lisos, pesados e irregulares.

Nuestra tarea es recomponer ese desequilibrio que hemos ocasionado, enseñándole a soportar más peso con su tercio posterior.

Para esto el caballo debe remeter sus posteriores debajo de la masa y por el otro lado aligerar su tercio anterior.

Podremos decir entonces que tenemos un caballo en equilibrio.

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Cómo lograr el equilibrio del caballo

Para lograr el equilibrio debemos desarrollar previamente los siguientes objetivos relacionados:

1. La relajación (soltura)
2. La flexibilidad (lateral y longitudinal)
3. La impulsión (deseo permanente de ir hacia adelante)
4. El contacto (aceptación del filete a una suave tensión de riendas)

Cuando nuestro caballo tenga la suficiente impulsión y haya logrado los demás objetivos aquí expuestos, podremos trabajar en su equilibrio.

Básicamente lo que haremos es sostener esa máxima impulsión con nuestras manos, tomando y cediendo (sin perder el contacto), hasta que el caballo se sostenga por si mismo.

Esta no es una tarea fácil, se requiere de mucha sensibilidad para aplicar las ayudas de piernas, asiento y manos, de forma correcta.

En otras palabras, el equilibrio es poner al caballo “en la mano”, con ganas de ir hacia adelante, los posteriores remetidos, el dorso flexible, la base del cuello alta, el cuello arqueado (en distintos grados dependiendo del nivel de doma), la nuca en el punto más alto y la cara en la vertical o un poco por delante de ella.

Este equilibrio es la base sobre la cual se irá pidiendo la reunión al caballo y supone un esfuerzo extra, por lo tanto no será necesario mantenerlo durante toda una sesión de trabajo.

De vez en cuando conviene dejar al caballo ir con mayor peso sobre sus espaldas (desequilibrado) en los momentos de recreación, en los aires alargados y durante los primeros minutos de calentamiento y descontracción.

Control longitudinal

↑ El caballo va en equilibrio

↑ El caballo va sobre las espaldas

El paso del esfuerzo de carga, de adelante hacia atrás y viceversa, representa un control total en el eje longitudinal del caballo.

Para obtener este control podemos realizar el siguiente ejercicio:

1. En la parada pediremos la cesión de nuca con lo cual la frente quedará en la vertical.
2. Pedimos la salida a cualquiera de los aires sin permitir al caballo que abra la nuca y caiga sobre sus espaldas.
3. Esta posición deberá ser aceptada por el caballo de forma suave, es decir al mínimo contacto de nuestras manos.
4. Si el caballo tira y se descompone lo paramos y lo corregimos con unos pocos pasos atrás.
5. Volvemos a intentar hasta que realice el ejercicio correctamente.
6. Luego trabajamos de forma intermitente. Aproximadamente 10 segundos en equilibrio (sobre los posteriores) y 5 segundos en desequilibrio (sobre las espaldas)
7. Si el caballo se descompone nuevamente, lo paramos, lo corregimos y volvemos a intentar.
8. Habrá un momento en que el caballo ceda a todas nuestras peticiones.

Notas:

• No debemos empujar obstinadamente con nuestras piernas y retener constante y fuertemente con nuestras manos. La enseñanza es más bien de orden psicológico que físico.
• Es imprescindible que el caballo sepa ceder la nuca y tenga un buen impulso.
• El aire debe ser lento pero enérgico.
• El equilibrio supone cierto grado de reunión, la misma que deberá incrementarse de a poco, a medida que el nivel de doma avance.

¿Qué beneficios tenemos con un caballo en equilibrio?

• Mejor desarrollo muscular especialmente de su “motor” que es el tercio posterior.
• Cuando el caballo tenga la musculatura adecuada y vaya en equilibrio llevará el peso realizando un menor esfuerzo.
• El equilibrio facilita el auto-sostenimiento del caballo, esto lo hace más fácil de controlar y más agradable su monta.
• Se obtienen aires elevados, ligeros y regulares.

Referencias bibliográficas:

• Federación ecuestre alemana “Principios de la equitación”
• The British Horse Society “Manual de equitación”
• Jean D’Orgeix. Doctrina y método “Técnica de equitación”

Gráficos tomados del libro: Federación ecuestre alemana “Principios de la equitación”