La sumisión del caballo, que en definitiva es la total obediencia que este tiene con su jinete/amazona, se puede lograr a través del convencimiento o del doblegamiento. En este artículo vamos a aclarar cuál es la diferencia y la mejor opción en el proceso de adiestramiento equino.
Al igual que otros animales domésticos, el caballo requiere de ciertas normas de convivencia para que esta relación sea viable. El respeto debe ser mutuo, pero el “mando” debe estar a cargo del ser humano. Cuando un jinete-amazona tiene el suficiente conocimiento, paciencia, respeto, liderazgo y amor hacia los caballos, las órdenes que imparte serán fácilmente aceptadas por el animal.
Mentiría al decir que un caballo sale de su establo o prado contento a trabajar con su jinete-amazona. Debemos tomar en cuenta que la naturaleza del caballo es pastar junto a sus congéneres. Sin embargo puedo afirmar que las molestias para el caballo serán mínimas si realizamos correctamente nuestro papel de jinetes-amazonas.
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Índice
ToggleDiferencia entre convencimiento y doblegamiento
En equitación, tanto el convencimiento como el doblegamiento buscan la obediencia absoluta del caballo a las órdenes del jinete-amazona. La diferencia es que el convencimiento se logra a través de la enseñanza racional y en cambio el doblegamiento mediante el maltrato.
Qué es la sumisión del caballo
Sumisión no significa un caballo doblegado sino un caballo receptivo, mentalmente dispuesto a obedecer y físicamente capaz de hacerlo.
El objetivo es que un caballo acepte las ayudas de forma relajada, sin resistencia a las peticiones del jinete. Es decir que el caballo esté “en las ayudas”.
El caballo debe aprender a estar sumiso en todo su cuerpo. Debe existir una conexión firme y elástica desde los posteriores hasta la boca. Si por alguna rigidez, tensión o resistencia se bloquea esta conexión, su coordinación deja de ser eficaz y no habrá armonía entre jinete y caballo.
Cómo lograr la obediencia del caballo en equitación
En el plano psicológico
Lo que debemos esperar es una colaboración por parte del caballo. Para esto hay ciertos trucos que van a persuadir al caballo a realizar lo que nosotros queremos.
- Debemos ser conscientes de las fortalezas y debilidades en cuanto al carácter del caballo
- Pedir claramente, para que el caballo entienda “las ayudas” del jinete-amazona
- Hacer incómodo lo que no queremos que haga y cómodo lo que deseamos que realice
- Dejar de pedir, al mismo instante que el caballo haya cedido. Esto será un premio para el caballo.
En el plano físico
Para poder llegar a la sumisión física del caballo debemos lograr conjuntamente los siguientes objetivos:
- Soltura (descontracción, relajación)
- Flexibilidad (lateral y longitudinal)
- Impulsión (deseo permanente de ir hacia adelante)
- Contacto (aceptación del filete a una suave tensión de riendas)
- Equilibrio (control longitudinal)
- Ritmo ( movimientos acompasados)
- Rectitud (los pies pisan sobre las huellas de las manos)
Conclusión
En definitiva, la sumisión del caballo demuestra su verdadera educación (doma) y esto se verá reflejado en una monta confortable tanto para recreación como a nivel deportivo.
Sin sumisión nada de lo que hagamos irá por buen camino. El caballo que no es obediente es un peligro para quien lo monta. Puede desarrollar vicios como: pararse de manos, cargar hacia adelante, cocear, entre otros. Estos resabios, a medida que pasa el tiempo son muy difíciles de corregir. Es mejor desde el principio enseñar al caballo a estar atento a nuestras órdenes y cumplirlas a cabalidad.
Pero, para poder ser rigurosos con el caballo debemos ser exigentes con nosotros mismos, generalmente los problemas se dan más por una mala explicación que por falta de receptividad del caballo.
Referencias bibliográficas:
- The British Horse Society (2005). “Manual de equitación”
- Jean D’Orgeix. Doctrina y método “Técnica de equitación”
- Programa #89 de Parada a Raya