La buena doma de un caballo depende de varios objetivos y ejercicios que debemos realizar. Uno de esos objetivos es la aceptación del bocado y cesión (flexión) de nuca, desde la fase preliminar de su doma. En este artículo analizaremos el empleo de varios tipos de riendas auxiliares que generalmente se emplean con este propósito.
De entrada, debo decir que no hará falta este tipo de riendas auxiliares si tenemos un buen conocimiento sobre el uso de nuestro cuerpo. De cómo nuestras manos actúan conjuntamente con nuestro asiento y piernas, pensando siempre en “todo del caballo” y no solo en el tercio anterior.
Sin embargo no quiero “satanizar” estos elementos de apoyo. En ciertos casos, con un jinete novel o un caballo con vicios, las riendas auxiliares podrían ser de gran ayuda.
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Tipos de riendas auxiliares
El trabajo con ayudas artificiales se realiza tanto pie a tierra como montado.
Las más comunes para el trabajo pie a tierra (a la cuerda) son: las riendas laterales, el chambón, el gogüe y el arnés pessoa.
Para el trabajo montado se utiliza: las riendas alemanas, la martingala de anillas y la martingala fija (gamarra o bajador).
Riendas laterales
Son dos correas regulables, laterales e independientes entre si, que por un lado se sujetan a la anilla del cinchón o a la montura, y por el otro al filete. Unas riendas laterales muy recomendables son aquellas que llevan un anillo de goma en cada correa, para suavizar su acción. Se utilizan a la cuerda, con o sin jinete.
Chambón y Gogüe
El Chambón consiste en un cordel con cierto grado de elasticidad, que va desde la cincha entre los miembros anteriores del caballo, pasa por la argolla del filete, sigue por la nuca y regresa por la otra argolla hacia la cincha. Por ser elástico se puede utilizar también cuando el caballo da pequeños saltos sobre caballetes. Recordando que los ejercicios siempre deben iniciar y terminar sin el correaje.
El Gogüe es una variación del chambón con un correaje algo más complejo. Su acción es más directa sobre la nuca del caballo.
Arnés Pessoa
Este sistema de correaje inventado por el jinete y maestro de equitación brasileño Nelson Pessoa, es el único que trata de integrar el tercio anterior con el posterior del caballo. Tiene diferentes posiciones para ser usado dependiendo del nivel de adiestramiento: Baja, alta y media.
Este sistema de correaje Pessoa viene en talla única y se puede regular para caballos pequeños, medianos y grandes.
En el siguiente enlace incluyo un corto video personal donde utilizo este tipo de arnés.
Rienda alemana
Este tipo de rienda es una variación de la rienda común que se utiliza en todo tipo de equitación. Es una rienda mucho más larga (5 a 6 mts) que en lugar de sujetarse a la anilla del filete, pasa por este y continua entre las patas del caballo hasta sujetarse en la cincha.
La rienda alemana tiene un efecto muy fuerte y su buen uso depende mucho del conocimiento y sensibilidad del jinete. Con esta rienda fácilmente se puede exagerar en la flexión de nuca, cabeza y cuello. Debe emplearse por jinetes/amazonas con experiencia.
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Martingala de anillas
El empleo de esta martingala es muy común en la disciplina del salto. Al igual que las otras riendas auxiliares su objetivo es controlar que el caballo no levante la cara ni se escape de la mano. Consta de una correa fija a la pechera, que se abre en “Y” con dos argollas en las puntas, a través de las cuales pasa la rienda del jinete. Su acción se mantiene mientras el jinete lleva un contacto con la boca del caballo. Cuando el jinete deja de tensar, la martingala de anillas se afloja y su efecto cesa. Esto es interesante porque, a diferencia de las otras riendas auxiliares, el caballo puede tener total libertad en los momentos de recreación.
Martingala fija, gamarra o bajador
Esta martingala tiene una sola correa que va desde la pechera hasta la correa de la muserola o la argolla de una cabezada independiente. Si se coloca a la cadenilla del bocado es aún más fuerte por la acción sobre la boca del caballo.
Cómo usar las riendas auxiliares
Todas estas ayudas pretenden evitar que el caballo suba la cabeza e invierta el cuello. Su uso es muy delicado porque, si no se emplean correctamente pueden producir un efecto contrario al deseado.
Por lo general son regulables y se deben fijar cuando la cabeza del caballo esté en una posición natural, es decir, estas riendas auxiliares nunca deben forzar la cabeza del caballo buscando una colocación óptima que queremos ver. Durante el trabajo, el caballo por si solo encontrá un límite superior e irá cediendo su cabeza y cuello.
Si se regulan demasiado cortas, el caballo bajará la cabeza y cederá su nuca solo por la retención forzada y no aprenderá a colocarse correctamente sino que siempre estará tirando hacia arriba. En esa situación instintiva de reacción, su cuello se puede muscular en la parte inferior y no en la superior como es lo deseado.
Es muy importante que el domador mantenga activos los posteriores del caballo para que el trabajo se realice con una buena impulsión y los resultados se vean en la totalidad del cuerpo del caballo.
En una sesión de trabajo, el calentamiento debe empezar al paso y sin el uso de riendas auxiliares (5-10 minutos), luego se colocan las riendas auxiliares y se trabaja al trote (20-30 minutos), por último se termina al trote y paso retirando las riendas (5-10 minutos). El trabajo siempre debe intercambiar entre una mano y otra.
No debemos descuidar nuestras ayudas naturales
Cualquiera de estos elementos artificiales pueden ser de muy buena ayuda, sin embargo, son solo un complemento. Para una buena colocación de todo el cuerpo del caballo, nada reemplaza las ayudas naturales que disponemos.
El buen uso de nuestro cuerpo, para enseñar al caballo a que nos lleve bien, produce mejores y más rápidos resultados.
- Un asiento correcto, sobre los isquiones y no sobre los glúteos.
- Un uso preciso de nuestras piernas, rodillas relajadas, pantorrillas en contacto mínimo con el caballo, actuando acompasadamente solo cuando es preciso.
- Un uso correcto de las manos, resistiendo y nunca tirando.
El objetivo final es que nuestro caballo vaya cediendo su nuca, tensando sus ligamentos a través de su dorso y metiendo sus posteriores bajo la masa. Su perfil se verá “redondeado” y habrá mayor confort para caballo y jinete.
Referencias bibliográficas:
- The British Horse Society (2005). “Manual de equitación”
- Federación ecuestre alemana (2005). “Principios de la equitación”